Apple reveló que entre septiembre y diciembre
vendió siete millones de iPads, con lo cual el número de unidades
comercializadas en los primeros nueve meses desde su lanzamiento
ascendió a 14,8 millones. Esto es un récord para un dispositivo al que
muchos catalogaron como un iPhone o iPod touch
grande, y cuyo éxito comercial no solo ha tenido un impacto
sobre el mercado de netbooks, sino que está acarreando la llegada de un
sin número de clones basados en la versión 3.0 de Android y en webOS, el sistema operativo de Palm, ahora en manos de Hewlett-Packard.
Poco después del lanzamiento Apple, dijo que en pocos años los computadores personales serán como los
camiones, aludiendo a que cuando Estados Unidos era un país agrario,
antes de la Revolución Industrial, todos los autos eran camiones, porque
eso era lo que se necesitaba entonces. “Van a seguir existiendo,
tendrán mucho valor, pero serán usados por pocas personas. Creo que nos
hemos embarcado en eso (los equipos móviles) y hacia allá nos
dirigimos”.
Pero la idea de enfocarse en la computación móvil no es nueva :
Hace una década, Microsoft trató de reinventar la computación personal con el tablet PC
en asocio con un puñado de fabricantes de hardware, aunque Apple ya
había hecho en 1998 un intento fallido con el Newton, el precursor de
los computadores de mano y que realmente era una plataforma que incluso
llegó a ser licenciada a terceros (un anticipo de iOS, su sistema
operativo para dispositivo móviles).
Y si de historia se trata, los verdaderos antecedentes se remotan al
Dynabook,
un concepto elaborado a finales de los 60 en el famoso laboratorio de
Xerox en Palo Alto (PARC), donde también fueron concebidos el ratón y la
interfaz gráfica que usamos a diario en los sistemas operativos Windows
y Mac OS X.
A estas experiencias poco exitosas se ha sumado la no menos
problemática insistencia de Microsoft en el uso de un bolígrafo o
‘stylus’ para la interacción con los tablet PC, seguramente porque ni
Windows 7 ni sus antecesores fueron desarrollados para ser manejados con
los dedos.
De hecho, todavía en mayo del 2010, refiriéndose al lanzamiento del iPad,
Bill Gates sostenía que a la larga terminaría imponiéndose la idea
original de Microsoft: computadores tablet manejados con un bolígrafo,
la voz o algún tipo de teclado. Y el propio Steve Ballmer presidente de Microsot, mostró en el CES del 2010 varios tablets
que nunca fueron lanzados al mercado.
Nace una estrella.
Si la idea se remonta realmente a los orígenes de la computación
personal, y en la última década se presentaron varios intentos fallidos,
es inevitable preguntarse por qué el boom de tablets ahora y no antes.
En buena medida porque los tablet PC de hace algunos años
estaban basados en un sistema operativo hecho para funcionar en lo que
muchos llaman un entorno ‘Wintel’, es decir, Windows y
procesadores de Intel (la tradicional arquitectura x86), ninguno de los
cuales estaba optimizado para ambientes móviles, en los que las
pantallas táctiles basadas en la tecnología multitoque y el bajo consumo
de energía han terminado convirtiéndose en condiciones indispensables.
Por tal razón, los tablet PC operaban con versiones adaptadas de
Windows, lo que los hacía en muchos casos equipos lentos y poco
funcionales.
En este entorno, ARM Holdings se ha erigido en una especie de nuevo gigante en el negocio de la movilidad al punto que sus ingresos, en el último trimestre del año pasado, crecieron un 72%.
Se trata de una firma inglesa cuya arquitectura para procesadores se
encuentra detrás de muchos de los teléfonos inteligentes y el iPad, así
como de los nuevos tablets que llegarán al mercado en los próximos
meses.
Fue fundada en 1990 como una empresa conjunta (‘joint
venture’) entre Apple y una firma inglesa llamada Acorn Computers con la
idea de desarrollar un chip para el Newton. Así mismo, ARM
constituye un caso especial dentro de la industria de los
semiconductores, ya que no construye los ‘cerebros’ que hoy usa la
mayoría de los grandes jugadores del sector, sino que su negocio consiste en licenciar su propiedad intelectual a terceros, permitiéndoles incluso la introducción de modificaciones.
Se destacan en este sentido el A4 y el A5, los chips que emplean
tanto el iPad como el iPhone 4, diseñados por Apple (por medio de sus
firmas PA Semi e Intrinsity) y fabricado por Samsung. O el Tegra2, el
chip de Nvidia que lleva el Xoom, el tablet de Motorola que cuenta con
un procesador de dos núcleos.
Conclusion
En vista del potencial del mercado de dispositivos móviles, ARM se
posiciona con una notable ventaja en este segmento sobre los grandes
fabricantes de chips para portátiles y computadores de escritorio, como
Intel o AMD (cuyo CEO fue relevado por no haber anticipado la explosión
de dispositivos móviles, como teléfonos inteligentes y tablets).
De hecho, en enero de este año recibió el espaldarazo de Microsoft,
cuando el gigante de Redmond anunció que la siguiente versión de su
sistema operativo (Windows
en una movida que apunta al mercado cada vez más atractivo de los
tablets, y que llevó a algunos analistas a hablar del divorcio
Windows-Intel.
Según la firma de investigación de mercados iSuppli, los despachos de tablets podrían alcanzar los 242 millones de unidades en el 2015, una cifra impensada hasta hace poco cuando esos aparatos eran vistos como un producto de nicho. A su vez, el
mercado de los tablets podría llegar a los 39,3 millones de unidades en
ese mismo año, lo que marca un contraste con lo que se pensaba hace una
década y con las cifras de los primeros productos. De acuerdo
con IDC, durante el último trimestre del año pasado se vendieron 100,9
millones de teléfonos inteligentes, una cifra equivalente a un
crecimiento del 87,9%, y que supera por primera vez la de PC (92,1
millones de unidades vendidas).
“Comenzamos hace más de 20 años con la introducción de una
arquitectura para chips orientada principalmente a la industria móvil y
caracterizada por un consumo eficiente de energía. Pero lo que ha sucedido es que la tecnología ha ido más allá de los celulares y ahora vemos chips en muchos más dispositivos, a medida que los consumidores se han vuelto más exigentes”, explicó al diario The Wall Street Journal
Antonio Viana, vicepresidente de ARM Holdings, de la que Apple se
desvinculó en 2004 con la venta de su participación en una cifra
estimada en 800 millones de dólares, si bien hoy es tal vez su principal
cliente.